¿Son los rusos los malos en la guerra de Ucrania?

Es una pregunta trampa. En política no existen los buenos y los malos, existen sólo los intereses de cada país. La geopolítica mundial es una gran partida de ajedrez y los Estados son las piezas. Si antes, en el tablero se enfrentaban EE UU y la URSS, en la actualidad el papel de este último, aunque muy menguado, le sigue correspondiendo a Rusia.

Para entender un poco la situación debemos ir al origen del problema. El territorio de la actual Ucrania estuvo poblado hasta el siglo XVIII por pueblos nómadas. Los asentamientos sedentarios y la dedicación a la agricultura era difícil, a pesar de poseer una de las tierras más fértiles de Europa, porque los nómadas asaltaban y robaban a los sedentarios impidiendo asentamientos estables.

Tuvieron que llegar los cosacos, gente de frontera dispuesta a guerrear y a cultivar para que el territorio se poblara. Muchos de ellos eran eslavos y al Imperio Ruso en su expansión a la búsqueda de salidas a mares cálidos, no le resultó difícil anexionárselo a mediados del s. XVIII.
El nombre de Ucrania deriva de ukraina, es decir, 'zona fronteriza'; el dominio de los cosacos lindaba con los principados eslavos del norte y del oeste y con las hordas turcas al sur. La lengua ucraniana se parece a la bielorrusa y algo menos a la rusa, aunque las tres son parcialmente inteligibles mutuamente. Forman el grupo de lenguas eslavas orientales.

Ucrania nunca había sido independiente, salvo un breve periodo durante las dos guerras mundiales, hasta su independencia en 1991. Cuando se independizan las 15 repúblicas que formaban la URSS, a los rusos no les importó mucho que los países bálticos, los transcaucásicos o los del Turquestán se separaran, étnica y lingüísticamente eran bastante diferentes, pero Bielorrusia y Ucrania eran muy similares a Rusia en lengua, costumbres, modo de vida,...además de ser su zona de contacto con Europa occidental.

Leonid Brézhnev, el que fuera máximo dirigente de la URSS entre 1964 y 1982 era de origen ucraniano, aunque de habla rusa, y el anterior mandatario, Nikita Kruschev, había nacido en la frontera rusa con Ucrania.
Por cierto fue Kruschev el que tuvo la brillante idea de incluir en 1954 Crimea, hasta entonces territorio ruso, en Ucrania.
En aquel momento, un hecho sin la menor trascendencia política, pero que ha dado lugar a la crisis de Crimea y a la anexión actual del territorio a Rusia.
La excusa ha sido que la mayoría de la población es de esta etnia, pero lo importante es que el gran puerto militar ruso del mar Negro se encuentra en Sebastopol.

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 Ucrania y la injerencia rusa. (Elaboración propia ©Opiniatras)

Pero volvamos a la partida de ajedrez.
Tras la disolución de la URSS desapareció también el Pacto de Varsovia, que incluía a casi todos los países comunistas tras el Telón de Acero. Cuando todos esperábamos que también desapareciera el otro gran pacto militar, la OTAN, pues había terminado la Guerra Fría, ésta no sólo no lo hizo sino que intentó, y en muchos casos lo consiguió, atraer a esos antiguos aliados del Pacto de Varsovia hacia sus filas.
Con ello conseguía un doble objetivo, aislar a Rusia y que la industria armamentística americana, motor económico de EE UU, fuera la proveedora de estos nuevos ejércitos aliados.

Rusia encajó con natural recelo este hecho, pero fue con el intento de la OTAN de incluir a las antiguas repúblicas soviéticas cuando en Rusia saltaron todas las alarmas. Y ¿Cuál de todas ellas no estaría dispuesta Rusia, de ninguna manera, a que formara parte de la OTAN? indudablemente Ucrania.
 
Vayamos ahora al interior de Ucrania y exploremos la situación. Tras su independencia, el país pasó por una situación económica de inestabilidad, ya que toda su economía dependía de Rusia y toda su energía procedía de allí. Esta restructuración económica generó un empobrecimiento de la población que ha llevado a que en la actualidad la renta per cápita sea de 4.100$, que si la comparamos con la de Rusia 14.900$ trasmite el mensaje a la población de que la independencia los ha empobrecido.

La respuesta ante esto es doble. Los ucranianos del oeste, que hablan ucraniano, y que algunos de ellos o sus antepasados vivieron en épocas pasadas en Polonia, Hungría u otros países de Centroeuropa, buscan en la entrada en la Unión Europea y la OTAN la solución a todos sus problemas. Los ucranianos del este de habla rusa, o que tienen el ruso como segundo idioma, consideran que nunca debieron separarse de Rusia y creen que deben volver a unirse o, en su defecto, sus economías tienen que ser más interdependientes.

Yúschenko y Yanukóvich han representado a los dos grupos en que se ha dividido el país a lo largo de estos años. Antirruso y prorruso respectivamente han obtenido entre un 45% y un 55% de votos en las elecciones.
Como vemos más que la ideología política lo que importa es la posición respecto a Rusia y Occidente. Del mismo modo se observa la polarización de la población en bandos irreconciliables.

En 2009 llega al poder Yanukóvich e inicia una política prorrusa que lo hace impopular. Posteriormente, forzado por la opinión pública, firma un acuerdo con la UE para la adhesión de Ucrania. Es entonces cuando Putin maniobra para impedirlo y ofrece ayuda económica a Ucrania si ésta desiste de sus aspiraciones europeístas.
La aceptación de la propuesta rusa provocará el movimiento Euromaidán que conseguirá, tras meses de protesta, la caída de Yanukóvich y la creación de un gobierno prooccidental.
Putin, viendo perdida la partida, maniobra primero en Crimea, objetivo cumplido, y después en Donetsk y Luhansk, dos distritos de población étnica rusa, para conseguir su separación de Ucrania. La guerra está servida.

Occidente contraataca imponiéndole sanciones económicas, pero Rusia es el país más extenso del mundo, tiene una industria pesada fuerte y unos recursos energéticos enormes, y además sabe que la UE quedaría colapsada sin el gas y el petróleo ruso.

La partida de ajedrez continúa. De momento, Occidente lleva ventaja pero no ha ganado. La vieja pieza del nacionalismo todavía nos mantiene en jaque, aunque esto ya lo debatiremos en otra entrega.

4 comentarios:

  1. los rusos son los malos pero no los rusos sino su dictador y asesino de opositores y denunciantes por corrupcion de el y sus oligarcas que sumen en la ignorancia y acallan los medios criticos, el dictador sanguinario Vladimir Putin. que ya ejecuto matanzas en Chechenia y Siria (alli defendiendo a otro dictador asesino corrupto y sanguinario como el)

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  2. hablan muchos idiomas en rusia en otros terrigorios y no por eso devuelven los territorios a las otras nacionalidades como las de siberia

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  3. Gran parte de los que hablan ruso en Ucrania lo hacen en el cordon industrial donde los mudo el régimen comunista, aparte de que no estaba autorizado hablar ucraniano y que hubo en esa epoca detenciones de profesores y maestras que educaran en ese idioma.

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  4. Hitler utilizo la misma excusa , proteger a la minoria alemana. Esto de atacar a paises vecinos mas debiles esta en el manual de todo dictador.

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